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lunes, 1 de noviembre de 2010

Medicinas que matan

La Organización Mundial de la Salud advierte que, a escala mundial, un 10% de los medicamentos es adulterado. Debido al deficiente control de seguridad, en algunos países de Latinoamérica, la cifra puede ascender al 30%.
Actualmente, en San José, Costa Rica, se discute por primera vez la venta ilegal de medicamentos y productos falsificados. Pastillas idénticas a las originales pero adulteradas con tiza, polen o harina; jarabes que no contienen ningún principio activo o que, aún peor, pueden incluir sustancias que causan la muerte. Gran parte de estos medicamentos piratas viene de China, país donde se puede obtener excelentes copias de casi todo, desde bolsos a abrigos. Y las medicinas no son una excepción.
Vacíos legales
Las imitaciones de medicamentos son muy refinadas, calcadas al milímetro, y las mafias consiguen colocarlas tanto en el mercado interno como en el extranjero, sobre todo en países en desarrollo de Latinoamérica o África, donde se benefician de los vacíos legales y porque los productos auténticos son inasequibles para gran parte de la población. Los países más afectados de Latinoamérica son Bolivia, Perú, Brasil, Paraguay y Colombia, aseguran expertos del sector, que explican que es difícil seguir la pista a estas medicinas porque pueden cambiar de manos unas 30 veces antes de llegar al consumidor final.
Dentro de China, los escándalos también se multiplican. El pasado enero, dos personas perdieron la vida en Xinjiang, en el noroeste del país, tras ingerir medicamentos falsos contra la diabetes. Seis meses más tarde, Baidu, la mayor motor de búsqueda en Internet, fue acusado de redirigir a los usuarios a páginas que vendían remedios falsos para la piel y para estimular la potencia sexual. Unas 3.000 personas resultaron afectadas.
Pero Internet no es el único canal de venta de estos productos, pues éstos son obtenibles en hospitales, farmacias e incluso en la calle.
Leche adulterada.
Uno de los casos más sonados fue el de la leche con melamina, que las autoridades no quisieron hacer público hasta después de los Juegos Olímpicos del 2008. Al menos 6 bebés murieron tras beber esa leche contaminada, y otros 300.000 pequeños sufrirán daños de por vida. Este mes se supo que a unas 1.700 personas se les administró vacunas antirrábicas falsas en el sur del país. El drama es que algunas víctimas, además de no recibir compensación, suelen ser perseguidas para que sus casos no perjudiquen al Gobierno. " "A mi hija la llevamos a vacunarse de sarampión en el 2008, cuando tenía 8 meses. Tres días después le entró mucha fiebre y a los cuatro días empezaron las convulsiones. La vacuna era falsa y le provocó epilepsia," explica Chen, nombre ficticio que usamos para proteger su identidad, comerciante en la provincia minera de Shaanxi.

Fuente: http://www.diariosalud.net/content/view/21011/36/

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